Bienvenidos a Alcatraz, nos dijo el Guardia Civil con un tono de humor y una sonrisa de oreja a oreja junto a su compañero que le seguia la sonrisa, mientras entrabamos por la puerta de atrás 3 jóvenes esposados y yo, eran las 2:30 de la madrugada según marcaba mi reloj, después de 3 días en el calabozo al fin tenia mis objetos personales, el chistoso "hombre de la ley" venia disfrutando de su "trabajo", era el mismo que en los calabozos de Plaza castilla le decía graciosamente y con un tono burlón a otro preso --No me extraña que te hayan pillado chaval, con lo lento que eres-- yo sabia que ese joven tenia problemas mentales había mantenido una corta pero intensa conversación minutos antes en los calabozos de plaza castilla, el joven se llamaba Roberto, me contó palabra por palabra su "historia", hablaba lentamente como si viviera continuamente en un estado de frenesí estaba realmente extasiado, Roberto tenia 20 años era colombiano y había sido juzgado aquel mismo día por mas de una veintena de robos con violencia, el me comento que habían sido realizados por el, no lo negaba seria una tontería por su parte ya que tuvo varias ruedas aquel día, se denominan ruedas en la jerga carcelaria a las ruedas de reconocimiento donde la guardia civil escogía a 2 o 3 de los calabozos dispuestos a colaborar y se los llevaban a una habitación con el típico cristal no visible con la victima señalando al culpable, los presos se alegraban al ser escogidos por el guardia civil cualquiera de nosotros hubiera echo lo que fuera por salir de aquel mugriento y apestoso calabozo por unos segundos, también pensaban que si la victima dudaba y les señalaba a ellos mismos pues habrían ayudado a un camarada preso a salir de ese tugurio.
Roberto ni sentía el mas mínimo remordimiento por sus victimas hablamos de 20 mujeres ya que eran bolsos lo que robaba, 20 personas que habían perdido documentos personales importantes por no hablar de dinero, pero si me comentaba que lo había echo por la droga, había tenido problemas con las drogas en especial con la cocaína. Roberto llegaba a consumir 3 gramos de cocaína diarios, los conseguía a 40€ el gramo en su barrio Cuatro caminos, me contó que su enfermedad era grave, que había estado totalmente perdido, me contó lentamente pero con una gran variedad de descripciones como un día de sol, se levanto con "algo" en la cabeza compro una pistola de valines y salio a la calle a pegar tiros a la gente decía que todos los que consumían marihuana eran muertos y tenia que matar a todos por que un pitufo se lo había exigido, sino le hacia caso mataria a su madre, me mostró una cicatriz que le atravesaba todo el estomago era larga y muy ancha dijo habérsela echo un ñeta en una pelea de bandas, pero claro eso no le importaba al señor de la autoridad, escudero de la grandiosa Benemérita y que tanto bien hace al ciudadano de a pie cuando se burlaba de el en su lento andar.
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